Tuberculosis Aviar
Autores: Andres David Montes Reales; Naila Kailith Sanchez Sepulveda
Tuberculosis
aviar
Definición
La tuberculosis aviar, o
micobacteriosis, es una enfermedad importante de las aves que afecta a aves de
compañía, aves exóticas cautivas, y aves y mamíferos salvajes y domésticos. La
enfermedad suele estar causada por Mycobacterium avium subesp. avium (M. a.
avium). No obstante, existen más de diez
especies micobacterianas distintas de M. a. avium que se ha observado que
infectan a las aves. La causa más importante de la enfermedad de las aves de corral
es M. avium
Sinónimos
Micobacteriosis
Importancia
económica
Esta enfermedad causa
pérdida progresiva de peso, caquexia, diarrea y palidez en la cresta, barbillas
y cara. Los órganos parenquimatosos (especialmente el hígado y el bazo) están
agrandados y se encuentran granulomas (tubérculos) de varias tallas. Las
lesiones pulmonares se presentan muy raramente, lo que ocasiona bajas
producciones y baja rentabilidad dejando graves pérdidas económicas
Reseña
histórica
Antes del descubrimiento del
bacilo de la tuberculosis, Paulicki había notado ya la semejanza entre la
tuberculosis de las aves de corral y las tuberculosis del hombre y de los
mamíferos. Luego R. Koch (1882) demostró bacteriológicamente la tuberculosis de
las gallinas. Pero al principio consideró idénticos a los del hombre y
mamíferos los bacilos de la tuberculosis de las aves, mientras otros investigadores
(Maffucci, Strauss y Gamaleia) llamaron la atención sobre las particularidades
de los bacilos de la tuberculosis de las últimas. R. Koch, cambió, entretanto,
de opinión, mas otros investigadores, al frente de ellos Romer y M.Koch y
Rabinowitsch (1907), siguieron creyendo los bacilos de la tuberculosis de las
aves idénticos a los de la tuberculosis del hombre y mamíferos, porque habían
logrado infectar experimentalmente gallinas con material morboso de personas y
de animales mamíferos y aislar en cultivo puro bacilos de tuberculosis aviaria
de las alteraciones tuberculosas
Esta idea fue más tarde
abandonada, por haberse comprobado que en gallinas exentas de toda infección
tuberculosa, como demostraba la prueba tuberculínica, la infección experimental
por medio de bacilos de tuberculosis humana o bovina producía sólo, en el peor
caso, alteraciones locales que curaban, pero nunca lesiones tuberculosas como
las que se presentan en la tuberculosis espontánea de las gallináceas
(Tschebnitz 1923, Ritchters, R. Eber y otros). Se comprobó, además, que los
bacilos de la tuberculosis de las aves pueden producir alteraciones
tuberculosas en cerdos (O. Bang, Mohler y Washburn), y, en casos aislados, en
otros mamíferos
Frecuencia
(Especies susceptibles)
La enfermedad tiene una
distribución mundial y se da en muchas clases de aves, aunque no todas las
variedades presentan igual susceptibilidad. El microorganismo origina
tuberculosis en pollos y aves de corral así como en otras aves (aves domésticas
y silvestres) pero también puede afectar a una amplia variedad de diferentes
especies animales como cerdos, ganado bovino, ciervos, ovejas, cabras,
caballos, gatos, perros y especies exóticas
Incidencia
y distribución
La tuberculosis aviar es muy
frecuente y su incidencia es alta en las pequeñas granjas campesinas en donde
las gallinas se mantienen muchos años, y los corrales e instalaciones están
contaminados. En las granjas industriales la infección ocurre raramente, debido
a la reposición rápida de las aves, las condiciones de mantenimiento y las
medidas de higiene. La tuberculosis de los pavos está asociada a la de gallinas
infectadas. Los patos y gansos son poco susceptibles a M. avium
Etiología
La tuberculosis de las aves de corral es
causada por el bacilo de la tuberculosis aviaria (tipo gallinácea del bacilo de
la tuberculosis). Solamente la tuberculosis de las aves de lujo se debe las más
veces abacilos de tuberculosis humana. Las infecciones ocasionales de las aves
de corral por bacilos de tuberculosis humana o bovina, incluso cuando prenden,
carecen de importancia práctica, ya que a lo sumo producen alteraciones locales
que propenden a la curación
Periodo
de incubación
Como la pared de las
bacterias es compleja y son muy exigentes en requerimientos nutricionales,
crecen con lentitud y tienen un tiempo de generación de 12 a 24 horas con un
rango 2 horas hasta 21 días, variando según las especies y condiciones de
cultivo, para el que necesitan medios enriquecidos y que contengan yema de
huevo. Las micobacterias son resistentes a la desecación, los ácidos y álcalis
y sensibles a la luz solar directa, luz UV, temperatura superior a 70°C,
sublimado corrosivo y desinfectantes orgánicos; como fenol y cresoles
Transmisión
Los bacilos tuberculosos que
se exudan de las lesiones tuberculosas ulceradas del intestino en aves, resulta
una fuente constante de bacterias virulentas. Aunque existen otras fuentes de
infección, ninguna iguala a la materia fecal infectante en la diseminación de
la micobacteriosis aviar. El aparato respiratorio también es una fuente
potencial de infección, especialmente si existe lesión en la mucosa traqueal
Los bacilos tuberculosos
aviares pueden persistir en el suelo por largo tiempo Schalk et al.,
encontraron un patio contaminado con M. avium viables y virulentos en la cama y
suelo después de cuatro años de haber retirado una parvada infectada. Además,
demostraron que las bacterias se conservan viables en cadáveres enterrados a un
metro de profundidad por 27 meses. Esta capacidad para sobrevivir fuera del
huésped tiene cierto riesgo para los cerdos y las aves domésticas y silvestres
Síntomas
El período de incubación más
corto es de 20 días tras la infección artificial según Hjärre y Wramby, citados
por Dorn (1973). En las infecciones naturales hay que contar con un espacio de
tiempo de por lo menos dos a tres meses entre la primera ingestión de gérmenes
y la aparición de manifestaciones clínicas. Muchas veces no se observan
síntomas hasta el segundo año de vida. A diferencia de los mamíferos la mayoría
de las especies de aves con micobacteriosis muestran signos relacionados con el
tracto gastrointestinal. Las excepciones incluyen a los pichones, aves
acuáticas y algunos pinzones, en los que la enfermedad empieza en el tracto
respiratorio
La micobacteriosis aviar
involucra principalmente el tracto gastrointestinal y se presenta como una
enfermedad crónica, aunque aves en buen estado de carnes pueden morir
súbitamente. Pérdida de peso, depresión, diarrea y poliuria con pobre respuesta
antibiótica es lo reportado por los propietarios de aves. Mal estado de plumas,
caquexia, distensión abdominal, debilidad, masas conjuntivales y subcutáneas
son hallazgos típicos. Puede observarse disnea si existe compromiso pulmonar
Los signos se manifiestan
cuando la enfermedad ha progresado suficientemente como para afectar el estado
físico del ave, la cual se observa deprimida, en mala condición corporal a
pesar de mantener el apetito, los músculos pectorales se encuentran atróficos y
consecuentemente la quilla se hace notablemente saliente. El mal estado de plumas
y la resequedad de la epidermis expuesta son evidentes
Lesiones
En la necropsia se halla
enfermo lo más a menudo el hígado, el cual se ve aumentado de volumen y color,
ya rojo pardo, ya notablemente amarillo o grisamarillento. En casos avanzados,
presenta degeneración adiposa y es quebradizo, friable. El número y tamaño de
los focos tuberculosos que contiene varían mucho. Los foquitos pequeños como
grano de mijo (miliares) y los todavía menores (submiliares) son transparentes
como vidrio, blancogrises o blancos y, a veces, también amarillentos
Al seccionarlos, aparecen,
ora uniformemente hialinos o con un puntito amarillento en el centro. Mientras
los focos pequeños no sobresalen de la superficie del hígado, los mayores
forman nódulos más o menos prominentes. Los focos que alcanzan el tamaño de
guisantes son amarillos o amarillopardos, y su superficie puede ser
transparente u opaca. La sección de semejantes focos es hialina en la periferia
y en el centro presenta el aspecto de queso duro, más rara vez toda la
superficie es blanda o únicamente en la parte central. Los todavía mayores
pueden alcanzar el tamaño de avellanas y aun de nueces. Ora semejan esferas,
ora, sobre todo cuando resultan de la coadunación de varios nódulos, ofrecen
una superficie como de coliflor. Los nódulos mayores son amarillos y duros como
cartílagos o más duros aún, de manera que sólo pueden cortarse con trabajo,
pero al cortarlos no suelen rechinar, porque sólo excepcionalmente contienen
sales de cal. Su superficie de sección también es amarilla o grisamarillenta,
pero rara vez uniforme. Se caracterizan por anillos concéntricos que recuerdan
el dibujo del ágata o por manchas amarillo-claras o amarillooscuras mezcladas
con otras gris sucias, de modo que la superficie de sección semeja la
pulimentada de conglomerados de mármol
Diagnostico
En el animal vivo,
generalmente sólo permiten diagnosticar la enfermedad la demostración de
bacilos de tuberculosis en las eliminaciones y secreciones o el resultado
positivo de la prueba tuherculinica, por la gran semejanza de las
manifestaciones clínicas con las de otras enfermedades (verminosis, cólera de
las aves de corral, tifus de las mismas, paratifus). En la necropsia suele
bastar para diagnosticarla el hallazgo de focos circunscritos, consistentes, a
menudo de dureza cartilaginosa, con caseificación o reblandecimiento centrales.
En estos casos merecen especial atención las alteraciones óseas, que afectan,
en la mayoría de los casos de tuberculosis, a los huesos largos ya mencionados
Prueba
tuberculínica
Para descubrir la infección
tuberculosa en las aves de corral, es adecuada la prueba intradérmica de Van Es
y Schalk (1914); en cambio, son inadecuadas la prueba tuberculínica subcutánea
y la ocular. El resultado positivo de la prueba intradérmica es un signo cierto
de infección tuberculosa; en cambio, el resultado negativo indica con menos
certeza la ausencia de tuberculosis.
A menudo, la reacción
positiva no se presenta en aves muy decaídas precisamente a causa de
tuberculosis y, por otra parte, transcurren hasta tres semanas, después de la
infección, antes de que el animal reaccione a la tuberculina. Por esto, en aves
enflaquecidas, únicamente tiene valor el resultado positivo de la prueba
tuberculínica e, incluso en aves robustas, el negativo sólo decide la exclusión
de la infección tuberculosa cuando la prueba, repetida, por lo menos, tres
semanas después, resulta de nuevo negativa
Técnica
e interpretación de la prueba tuberculínica
En la gallina, se inyecta en
medio del borde anterior de la barbilla 0,1 c. c. aproximadamente de
tuberculina de ave de corral concentrada o al 50 % en la piel (en caso de
necesidad, también se puede inyectar en una orejuela o en la cresta)
Si se ha de repetir la
prueba, se debe recurrir a la otra barbilla, ya que, según Revesz (1931), el
tejido inyectado una vez con tuberculina permanece insensible a ésta desde
algunas semanas hasta dos meses (cosa no confirmada por Bamberger (1942). En condiciones
prácticas, las aves no tuberculosas no se hacen sensibles a la tuberculina por
las inyecciones de la última (según Radtke, son menester para esto siete
inyecciones como mínimo, efectuadas con intervalos de una semana)
Poco después de la
inyección, los alrededores del punto inyectado se hinchan incluso en aves no
infectadas, a causa de la lesión de los tejidos y de las materias irritantes no
específicas contenidas en la tuberculina. En las aves no infectadas, esta
tumefacción especificara desaparece de las 24 a las 36 horas después; en
cambio, en las gallinas que reaccionan positivamente, la hinchazón se
transforma en una tumefacción específica; muy patente a las 36-48 horas, que
desaparece paulatinamente, tardando, a veces, de 7 a 8 días. Por esto, la
prueba debe juzgarse desde las 36 a las 48 horas que siguen a la inyección
Suerodiagnóstlco
Desde que Moses, Feldmann y
Mann (1943) encontraron satisfactoria la prueba de aglutinación en experiencias
de laboratorio, empleando cepas de bacilos de la tuberculosis aviar bien
emulsionables, para el estudio del suero de las gallinas sospechosas de
tuberculosis, Larson y Feloman (1950) elaboraron un método en portaobjetos,
aplicable a la exploración heinática de las aves en el gallinero
Este método de sangre fresca
llegó a hacer superflua la utilización de las pruebas tuberculínicas, y,
además, puede aplicarse a la vez para descubrir en las aves las infecciones
tíficas. Los resultados obtenidos hasta la fecha son alentadores, aunque
todavía falta un juicio decisivo sobre la efectividad del método.
Control
La tuberculosis de las aves
de corral se considera hoy como una enfermedad incurable, por lo cual la lucha
contra la enfermedad debe establecerse a base del sacrificio de los animales
enfermos y de preservar la salud de los no contagiados aún. A los corrales no
infectados no deben llevarse sino aves de criaderos libres de tuberculosis (en
este sentido es de importancia el reconocimiento oficial de tales criaderos,
como exentos de tuberculosis) y, si esto no es posible, las adquiridas de nuevo
se mantendrán aisladas y se someterán dos veces a la prueba tuberculinica con
el intervalo de 3 a 4 semanas, dependiendo su empleo como aves reproductoras
del buen resultado de la investigación.
Tratamiento
Una vez demostrada la
presencia de la tuberculosis en un corral, deben sacrificarse, no solamente las
aves enfermas visiblemente, sino también las que sólo reaccionen a la
tuberculina, va alojar en lugar limpio de tuberculosis la parte sana de la
población avícola. Mediante una nueva investigación, efectuada de 3 a 4 semanas
después (y, más tarde, al menos, anualmente), y la eliminación de las aves que
reaccionan, el corral se mantiene definitivamente limpio de tuberculosis.
Zoonosis
En los humanos, M. avium es
capaz de inducir una enfermedad progresiva que es resistente al tratamiento. Todas
las operaciones que impliquen el manejo de cultivos vivos abiertos de M. avium,
o de material de aves infectadas, deben realizarse con un nivel adecuado de
contención del biorriesgo.
En humanos, las infecciones
por M. avium pueden causar infecciones locales con nódulos linfáticos
inflamados en ciertas regiones. La infección es más severa en individuos
inmunocomprometidos.
El potencial zoonótico de
esta enfermedad ha adquirido relevancia con la pandemia de HIV por ello todas
las maniobras que involucren la manipulación de microorganismos viables, deben
ser llevadas a cabo con adecuadas medidas de bioseguridad
Referencias
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Recuperado el 2021, de Ecured.cu: https://www.ecured.cu/Tuberculosis_aviar
El
sitio avicola. (2021). Tuberculosis aviar. Recuperado el 2021, de El
sitio avicola.com:
https://www.elsitioavicola.com/publications/6/enfermedades-de-las-aves/264/tuberculosis-aviar/
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https://es.scribd.com/doc/39500003/Enfermedades-Infecciosas-de-Las-Aves
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